sábado, 12 de abril de 2008

Coulda Woulda Shoulda

No hay con qué darle. Cada minuto que dejo la mente divagar, sigue volviendo a esa noche en el boliche, donde, en un arrebato [del cual no le puedo echar la culpa al alcohol, ya que no había bebido nada] terminé a los besos con G. No es grave el recuerdo, sino que mi mente le agrega escenas que no me hubiese molestado que pasaran. De hecho, casi desearía poder estar en la misma situación, no para no hacerlo, sino para hacerlo nuevamente, y con la pasión que ameritaba.

3 comentarios:

yo dijo...

volvé.
es una orden.

Bella dijo...

Me prestás el Delorean?

yo dijo...

dale. llenale el tanque a la vuelta.