Tal vez sean las hormonas alborotadas típicas del SPM.
O también puede ser mi extraña relación nunca concretada con los hombres.
Lo cierto es que hace ya varios días que no pienso en otra cosa que no sea estar con una mujer.
Un beso. Una caricia. El exacto conocimiento de dónde y cómo estimular. Una sesión de sexo oral. Todas cosas que las mujeres hacen de manera mucho más suave y sensual que los toscos hombres.
jueves, 10 de enero de 2008
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1 comentario:
ehhmmm
mmmm
ehhh,...
bueno, mejor me callo la boca.
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